Cultura organizacional y liderazgo

Hoy se ha comprobado que un elemento clave en el desarrollo de las organizaciones son las personas. Desde la revolución industrial, en donde lo importante era la implementación de maquinarias, hasta la explosión de las computadoras, en donde se tenía una relación directa entre el éxito y el tamaño de la inversión en tecnología no basto mucho tiempo para que nuevamente se piense en los esfuerzos de las personas, y nos es difícil darse cuenta que son estas la que logran la productividad de cualquier tecnología o técnica desarrollada. Pero, no solo es un actuar mecanicista para con las máquinas, sino que es un lograr que estas personas sean un elemento y agente de cambio positivo de su medio ambiente directo con el propósito de hacer de una organización inteligente, capaz, clara, convincente de sí y competitiva. Esto es el llamado capital intelectual, variable asociada a las habilidades cognitivas, ligadas a la razón que proveen a la organización de decisiones cada vez más acertadas y fructíferas.

Todo lo anterior es un efecto de un complejo, más no imposible, proceso de maduración progresivo, en donde lo primero es lograr que las personas se apropien de una visión compartida. El instalar en las persona el sentimiento (como emoción permanente) de querer aportar en pro de un anhelo, deseo o motivación, despertando la creatividad y la innovación.

Este es el gran trabajo objetivo de los líderes en las organizaciones. El llevar a las personas a una visión compartida de una organización con una misión declarada y un marco valórico claro.